El Sofitel Legend Santa Clara Cartagena presenta oficialmente la cuarta suite icónica del hotel que para esta ocasión le hace un especial homenaje al artista colombiano el maestro Enrique Grau Araujo.
La suite Grau se ubica en tercer piso del ala republicana y cuenta con un área de 73 metros cuadrados que están distribuidos en dos niveles. En el primer nivel, se encuentra una agradable zona social con un amplio y completo baño, además de la terraza con vista al mar Caribe. En el segundo nivel, está la alcoba con otro completo baño con tina.
Según Richard Launay Gerente General del Sofitel Legend Santa Clara Cartagena, “es más que un honor para nosotros tener parte del trabajo y la sensibilidad de este maravilloso artista de las artes. La nueva suite Grau logrará transmitir a nuestros huéspedes la magia de la cultura cartagenera en todo su esplendor vista desde este gran maestro colombiano”.
“Asimismo, vienen a complementar el conjunto de grandes artistas como Fernando Botero, Ana Mercedes Hoyos, Olga y Jim Amaral, quienes han aceptado nuestra invitación de llevar la cultura colombiana al máximo punto de la hospitalidad”. Concluyó.
El proyecto de la suite Grau fue desarrollado con el apoyo de la constructora Arias, Serna y Saravia y Marcela Villegas en el diseño y la decoración; y con la curaduría de la Fundación Grau a través de su presidenta Mónica Hartmann.
Un diseño muy Grau
El diseño de la nueva suite estuvo a cargo de la reconocida decoradora colombiana Marcela Villegas, quien tuvo la tarea de imprimir en el ambiente de la habitación la personalidad amable y llena de vida de Enrique Grau.
Marcela se inspiró en el arte del maestro y reflejó en cada uno de los ambientes de la suite la singularidad y la vivacidad de su obra. La belleza en los detalles se resalta con colores vivos como mandarina, rosa y fucsia que logran transmitir lo más característico de su obra con elementos que evocan el Caribe colombiano con un toque de modernidad.
Se destaca en la suite Grau elementos con maderas de diferentes clases con acentos y contrastes en bronce y negro que se utilizan para acabados, mobiliario y accesorios. Esto se complementa con detalles como tejidos y telares que enriquecen la decoración de la habitación.
La iluminación va acorde con cada uno de los espacios de la suite. Hay fuentes de luz generales, así como luz interior enfocada a lugares puntuales. Para algunos rincones de la suite y en el gran salón social, la iluminación es más tenue, mientras que, para las obras de arte expuestas en la habitación, es puntual.
La genialidad del maestro colombiano está presente en cada parte de la habitación con 4 esculturas coloridas de Maríamulata y las Ritas, y 3 pinturas, además de libros y fotografías. La suite Grau se engrandece con la figura emblemática del Maestro, Maríamulata, que sobresale en una de las fachadas de la terraza, vigilante del mar Caribe.
Para conocer más de cerca al Maestro Grau y su obra, el escritor y periodista cartagenero Gustavo Tatis Guerra, nos describe maravillosamente su obra y su legado
Enrique Grau, arte frente al mar
Cartagena de Indias respira como un enorme pez, como un mural de piedras frente al mar, como un pájaro de ojos amarillos o como una mulata de ojos almendrados, cuya sonrisa delata el alma juguetona de una ciudad antigua y reinventada cada vez, desde la sombra iluminada de su propia memoria. Es el artista Enrique Grau (1920-2004), artífice de formas y volúmenes, cuyos colores y retratos, atrapan para siempre el alma de la ciudad. No hay una sola pintura suya, una escultura o ensamble, que no evoque algún lugar de Cartagena de Indias. Grau pintó y esculpió, soñó y vivió, con vocación de eternidad. Llevó la ciudad consigo mismo, como un caracol de inusitados arco iris.
Todo en su obra es gesto, expresión, movimiento, sentimiento, capacidad para descifrar el vacío y la mirada que se asoma. Belleza de lo tangible e intangible como la malicia, la sed y la lujuria, el sofísticamente, la elegancia y la secuencia de la danza en la escultura El vals, y el misterio inquietante de La adivina, que parece leer el destino del amor en una carta. Grau está en todas partes, y ahora en esta suite que lleva su nombre, y cuyo balcón sigiloso mira al infinito, con el aleteo de una enorme Maríamulata, y guarda algunas de sus imágenes y recuerdos entrañables, en el mismo claustro encantado de las